HACIENDOLE UN FAVORCITO A LA JEFA

Era tarde y Ramón estaba acabando su jornada haciendo unos arreglillos en el despacho de la jefa, cuando esta irrumpió en la oficina, nerviosa y malhumorada. La señora Benz había descubierto que su marido le había puesto los cuernos con una vulgar stripper y el mismo día de su cumpleaños. Había vuelto a la oficina para guardar un maletín con todo su dinero y le ofreció a Ramón un buen fajo por su fidelidad a la compañía. Éste no se atrevió a aceptarlo, sin embargo, cuando Nikki, despechada, buscó consuelo en él, Ramón no pudo negarse a sus suntuosas curvas, a hacerle un favorcito a aquella diosa. Sobre la mesa le pegó un polvazo que la dejó temblando de gusto y pensando que a partir de ahora, su relación iba a ser mucho más estrecha