Teniendo sexo con profesor de tenis

Fue su novio el que sugirió que tomara lecciones de tenis, fue él quien le presentó a su amigo Bruce y el que propuso que él le diera esas clases privadas. Cómo iba a sospechar que ambos acabarían haciendo algo más que practicar el revés sobre la pista, cómo iba a pensar que Tasha acabaría encontrando bajo los pantalones de Bruce el estímulo necesario para tomar lecciones dos veces por semana, cómo imaginar que lo más importante de las clases venía después de estas, una sesión de relajación y masaje íntimo, o más bien, de puro sexo. Quizás acabase por darse cuenta cuando viese la pobre mejora de Tasha con la raqueta y su sonrisa de satisfacción las tardes después de las clases.