TU REGALO ESTA ESCONDIDO EN MI CULITO


Más de una vez hemos hablado de la sensualida implícita de ver a una mujer vistiéndose, cuidándose, poniéndose guapa. Hoy eso adquiere toda su realidad, todo su potencial cuando vemos a Jennifer White sobre la cama, frente al espejo, arreglándose. Primero dándose crema hidratante, acariciándose con mimo la piel, luego maquillándose complaciente, resaltándo sus ojos, dando brillo a sus labios; y, finalmente, enfundándose en finísima lencería blanca, sujetador, braguitas, liguero y medias de rejilla. Todo ello sintiéndose bella, admirándose, deseándose a si misma, y todo con el único propósito de darle un regalo a Bruce Venture. Lo único que encuentra al llegar es una caja vacía y una gatita con la mirada poseída por el deseo. Su regalo está escondido entre sus nalgas, un dilatador metido en su culito, lubricándolo, preparándolo para que Bruce juegue con él a su antojo y lo posea como y cuanto quiera.