Ya hemos hablado más de una vez de esa magia, de esa sensualidad que produce esos momentos en el probador, frente al espejo, cuando una fémina empieza a probarse ropita, a ponerse guapa, a prepararse. Cuando más cuando la fémina en cuestión es una diosa de rotundas curvas como Alison Star y lo que hace es probarse los biquinis que tiene pensado llevar a la playa. Seguro que más de uno tendría el mismo pensamiento que Johnny Castle, que armado de su nueva cámara se pone a espiar ese momento. Sólo para acto seguido, cuando la tentación ya se antoja insoportable, pillarla por banda en el probador y pegarle un polvazo.



 








