Con una camisetita blanca hasta la cintura y unas braguitas cubriendo su intimidad, la sensual Holly movía sus curvas al ritmo de la música que salía por sus auriculares apoyada en la ventana, estaba disfrutando de su momento mágico. Pero Bill, al ver a su chica en esa actitud, no pudo evitar acercarse a ella y reclamar su atención acariciando sus nalgas y haciéndola desconectar de su trance musical. Él quería sentir el ritmo de Holly sobre su cuerpo, disfrutar de sus eróticos movimientos mientras su piel se erizaba por el morbo que invadía el momento. Era como tener encima a una diva de la lujuria practicando la danza del placer, y más aún cuando la luz cálida y un entorno blanquecino parecían ponerse de acuerdo para que se produjera el ambiente perfecto para gozar del sexo en su plenitud.Sexo con HOLLY, CON EL RITMO EN SU CUERPO
Con una camisetita blanca hasta la cintura y unas braguitas cubriendo su intimidad, la sensual Holly movía sus curvas al ritmo de la música que salía por sus auriculares apoyada en la ventana, estaba disfrutando de su momento mágico. Pero Bill, al ver a su chica en esa actitud, no pudo evitar acercarse a ella y reclamar su atención acariciando sus nalgas y haciéndola desconectar de su trance musical. Él quería sentir el ritmo de Holly sobre su cuerpo, disfrutar de sus eróticos movimientos mientras su piel se erizaba por el morbo que invadía el momento. Era como tener encima a una diva de la lujuria practicando la danza del placer, y más aún cuando la luz cálida y un entorno blanquecino parecían ponerse de acuerdo para que se produjera el ambiente perfecto para gozar del sexo en su plenitud.
